En Bolivia, la llegada de la primavera se celebra con gestos de comunidad, alegría y esperanza. En Sucre, las personas que forman parte de los proyectos de MISOL quisieron dar la bienvenida a esta estación con distintas actividades llenas de vida y fraternidad.
En la Residencia Universitaria “Madre de Misericordia”, las jóvenes compartieron un espacio de encuentro jugando a la amiga invisible, reforzando los lazos de amistad y comunicación que las unen en esta etapa de crecimiento personal y académico. La celebración fue también una oportunidad para recordar que la juventud, especialmente cuando se vive con espíritu de servicio y apertura, se convierte en una fuente de alegría para los demás.
Por su parte, en el Comedor “San Francisco de Asís” de Sucre, los niños y niñas disfrutaron de una jornada festiva con juegos, dinámicas y una comida compartida. Para ellos, cada pequeño gesto —una sonrisa, una merienda, un rato de diversión— es una semilla de felicidad y esperanza que crece con fuerza en comunidad.
Desde MISOL, damos las gracias a todas las personas y entidades que colaboran para que estas iniciativas sean posibles. Celebrar la vida, la amistad y la naturaleza es también una forma de reconocer la presencia de Dios en lo sencillo, en lo cotidiano y en la alegría compartida.

