El derecho a la alimentación es un derecho fundamental de los seres humanos, ya que sin ella no podemos desarrollarnos ni vivir. Es un derecho que debe estar garantizado en cualquier situación, aunque haya una guerra, una catástrofe, o la pandemia que estamos sufriendo, y que está privando de lo más básico, – algo que comer-, a los más vulnerables.
Por esta razón, la nutrición es uno de los pilares de nuestra misión. Relacionada con el nivel socioeconómico de las personas, siempre ha sido una prioridad en nuestros proyectos, ya que sin ella no es posible un adecuado desarrollo y actividad física y cognitiva de niños, jóvenes y adultos.
Durante estos seis meses que llevamos de emergencia, nuestro objetivo principal ha sido que no faltase apoyo en alimentos a ninguna persona cercana a nuestros proyectos. En El Milagro (Perú), el comedor es la forma de “conectar” con los estudiantes y sus familias para poder continuar con las clases, a pesar de la falta de la tecnología necesaria; en Cochabamba, Vinto, Sucre, La Paz y El Alto ( Bolivia), las hermanas y responsables están cuidando de que no falten alimentos a ninguna familia; en los CSFA muchos padres de alumnos están recibiendo apoyo económico para poder hacer la compra en el supermercado por no tener ningún ingreso económico. Las personas más vulnerables han sido, son y serán nuestra prioridad.
La pandemia continua en todo el mundo. Nosotros seguimos con el Plan de Emergencia MISOL Covid-19 para que paliar, en la medida de lo posible, el sufrimiento que está provocando.