Situado al lado de uno de los basurales a cielo abierto más grandes de Perú, en una zona de alto riesgo social y sanitario, el Toni Real Vicens es mucho mas que un colegio. Con el paso de tiempo, y gracias al esfuerzo de las hermanas y de todo el personal, el “Toni” se ha convertido en un lugar de acogida que supone un pilar para el barrio de El Milagro.
Los dos últimos años han sido muy difíciles. La pandemia y la necesidad de dispositivos digitales para continuar el curso han hecho complicado para el profesorado mantener la asistencia a las clases. Además, la violencia doméstica y los problemas emocionales derivados del confinamiento han hecho aún más compleja la labor docente.
Ahora es época de vacaciones escolares en Perú, pero el colegio sigue abierto. La dirección y parte del personal continua apoyando a las familias, padres, madres e hijos que por sus circunstancias vitales carecen de lo más básico para vivir, y lo poco ganan es de rebuscar entre las basuras.