La solidaridad es el valor esencial de MISOL. Concierne a todas las personas y aúna generosidad y empatía. En nuestra organización pensamos que no debe quedarse solo en una palabra bonita o valor abstracto, pasar a la acción es lo más importante siendo este el objetivo principal que persiguen nuestros proyectos: ser solidarios con las personas que por razón de su origen no han tenido oportunidades para desarrollarse y seguir adelante por ellas mismas. Ser solidarios con los más frágiles y desprotegidos.
La acción solidaria resuelve problemas y contribuye a mejorar situaciones adversas, defendiendo los derechos fundamentales de los que deberían gozar todas las personas de este planeta.
Desde esta solidaridad ha actuado el equipo humano de uno de nuestros principales proyectos, el del Colegio “Toni Real Vicens” en Trujillo (Perú). Conociendo la precaria situación que viven todas las personas que llegan desde el país vecino Venezuela ha acogido a 88 estudiantes venezolanos permitiendo que continúen su año académico.
Y no solo esto, les ha conseguido lo que en el sistema educativo peruano se denomina “código modular”, una identificación complicada de conseguir en la burocracia educativa peruana, que les permitirá estudiar en cualquier otra institución educativa del país.
