Vivimos tiempos de cambios y grandes transformaciones. Estos cambios están causando un enorme impacto en nuestro planeta, provocando más pobreza y precariedad y destruyendo la Tierra, nuestra casa común.
Por esta razón, la ONU diseño e impulsó la Agenda 2030. Dos de sus ODS son ejes de trabajo fundamentales en nuestros proyectos: por un lado, la erradicación de la pobreza, al llevar oportunidades de vida y desarrollo a los más débiles, y por otro la protección de la naturaleza, al educar en el cuidado del medioambiente en la vida cotidiana.
En este año 2023 estas líneas de trabajo estarán más presentes que nunca. Siempre cuidando y apoyando a los más frágiles, en la Residencia de Sucre, en el Centro de Educación San Francisco de Asís de El Alto, en la Fundación Nueva Luz en Bolivia, y en el I.E. Toni Real Vicens en Trujillo, Perú, seguirán educando en el cuidado de la Creación, orientando todas las acciones de los proyectos en el amor hacia la Madre Tierra, nuestro planeta, un planeta que día a día manifiesta más su fragilidad.