Nacer y ser mujer en América Latina es un riesgo y un sesgo que impide el desarrollo intelectual y la independencia económica, sobre todo para aquellas mujeres que proceden del mundo rural o sufren de extrema pobreza. Discriminación, violencia y desigualdad son algunos de los factores que les afectan y que les impiden ser miembros de pleno derecho en el desarrollo económico, político y cultural de sus países. Son ellas las que tienen que cargar con las tareas del hogar y domésticas, siendo la feminización de la pobreza un hecho que se refleja en los 118 millones de mujeres que viven en extrema pobreza en América Latina.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde MISOL queremos resaltar la magnífica labor de las hermanas responsables de nuestros proyectos, que trabajan día a día para que niñas y jóvenes tengan una formación que les permita lograr su independencia y un futuro mejor.
La Residencia Universitaria “Madre de Misericordia” en Sucre, y la Fundación Nueva Luz en Cochabamba, ambas en Bolivia, y el Colegio Toni Real de Trujillo en Perú, trabajan desde hace años por estos objetivos de empoderamiento de la mujer, claves en la misión de MISOL, en su propósito y en su acción.