A pesar de las terribles consecuencias del Ciclón Yaku, el Colegio Toni Real ha conseguido abrir sus puertas a los 342 alumnos matriculados, y comenzar un año escolar lleno de trabajo e ilusión.
Los alumnos del Colegio pertenecen a familias que viven en extrema pobreza. Con grandes carencias afectivas, el Colegio es para ellos el motor que les impulsa a estudiar y a preocuparse por su futuro.
Además, este inicio de curso ha sido especialmente emotivo debido la visita de Cata Seguí, secretaria de la Fundación Asmar. El apoyo de la Fundación, recibido a través de MISOL durante estos años, ha hecho y hace posible que este proyecto de las Franciscanas Hijas de la Misericordia en el barrio de Trujillo sea una realidad que impacta positivamente cada día en los alumnos del Colegio y en sus familias.