Hace 165 años, los hermanos Gabriel y Josefa Ribas “dieron a luz” en Pina (Mallorca), una congregación religiosa cuyo misión de misericordia fue más allá de esta isla del Mediterráneo.
Con vocación universal, las Franciscanas Hijas de la Misericordia continúan trabajando a través de su obra social MISOL, por los más vulnerables de los países en vías de desarrollo donde hay comunidades de hermanas.
Con motivo de la celebración del aniversario de la fundación, las hermanas de las comunidades de Bolivia y Perú tuvieron oportunidad de reunirse para celebrar este día tan especial. A pesar de una pandemia que no da tregua y de sus terribles consecuencias económicas y sanitarias, las comunidades celebraron la vida y misión compartidas en la labor de lograr por un mundo mas justo, solidario y en paz.