Las hermanas de las comunidades de Bolivia y Perú, junto con el personal laico con el que llevan en equipo los proyectos de MISOL, siguen trabajando sin descanso para hacer llegar toda la ayuda posible a las personas que participan en ellos.
Los proyectos se están adaptando a las delicadas situaciones familiares que está provocando la pandemia. No solo procuran alimentos, productos para mantener la higiene, medicinas e incluso ayudas para pagar el alquiler, también acogen, prestan atención y escuchan a aquellas personas que en estos momentos viven con auténtico sentimiento de desamparo una situación que está desbordando al mundo entero.