“Actuar juntos para lograr justicia social y medioambiental para todas las personas” Desde sus orígenes, las Franciscanas Hijas de la Misericordia ha trabajado por los más pobres. La erradicación de la pobreza, uno de los mayores retos globales con que se enfrenta actualmente el planeta, ya lo fue en su día para los fundadores que pasaron a la acción fundando la Congregación con una misión: “un corazón inclinado a la mayor miseria” en los pueblos y aldeas más pobres de Mallorca.
La pobreza no es solo una cuestión económica, atañe a la dignidad de las personas porque el no tener tener recursos económicos provoca la carencia de lo más básico para vivir.
El lema elegido para este día este año está en totalmente en consonancia con la misión de la Congregación, su obra social MISOL y la espiritualidad franciscana: actuar todos juntos como hermanos para impulsar el cambio en la situación de los más pobres. ¿Como?: dándoles los medios necesarios, escuchando sus opiniones, valorando sus
contribuciones y colaborando todos juntos para afrontar el desafío medioambiental.
