Doña Dora y Doña Daisy son mujeres fuertes y emprendedoras, ambas viven en Cochabamba. Con la colaboración de MISOL ahora pueden llevar a cabo un pequeño negocio familiar que les permitirá salir adelante junto a los suyos.
Doña Daisy y su esposo han padecido duras condiciones de vida desde siempre. Son padres de familia muy numerosa y aún tienen cuatro hijos a su cargo. Con esfuerzo han logrado que su familia esté ajena a los graves problemas que acarrea la vida en las calles.
Con el carrito de venta ambulante ahora tienen una forma de ganarse la vida y mejorar su futuro: venden dulces y helados.
Doña Dora es viuda, está enferma y su familia no es ajena a algunos de los problemas más frecuentes en las zonas de mayor vulnerabilidad.
Como excelente cocinera que es, ahora hace las delicias de las personas que compran la comida que prepara en su carrito ambulante. Una nueva actividad que le supone también más tranquilidad y una vida más amable.