Aunque las lluvias torrenciales que golpearon fuertemente Bolivia se produjeron el pasado mes de marzo, aún hoy continúan las consecuencias para las miles de personas que se vieron afectadas.
Las inundaciones fueron especialmente virulentas en la ciudad de Tiquipaya, donde son muchas las familias que aún luchan por volver a la normalidad. MISOL puso en marcha un Plan de Emergencia que aún se mantiene activo y que está suponiendo el reparto de enseres y productos básicos: ropa y calzado, mantas, colchones, medicamentos y un preciado producto, leche, son algunos de los productos que más se están distribuyendo para colaborar de manera directa con los afectados.
También se han repartido dos máquinas de coser para proporcionar herramientas con las que confeccionar las prendas y elementos básicos necesarios para rehacer sus vidas con la mayor celeridad posible.
Este plan ha contado con el apoyo de Mallorca Missionera y de la Congregación Franciscanas Hijas de la Misericordia, titular de MISOL y cuyas hermanas de la comunidad en Cochabamba son quienes están coordinando en primera persona todos los trabajos de organización y reparto.